La automatización y el rol de los abogados
Cuando inicié mi carrera profesional como abogado en el año 2009, las personas ya hablaban de la automatización de los contratos, inclusive se mencionaba que en unos años los abogados ya no serían necesarios en muchas áreas. Dieciséis años después, aunque continúa la disrupción tecnológica, afortunadamente para nosotros los abogados, todavía no se ha llegado al punto donde podamos ser sustituidos; pero algunos de los avances, especialmente en el Internet de las Cosas (IoT) y la inteligencia artificial (IA), hacen cuestionar si eso será posible en un mediano plazo.
¿Qué es un contrato inteligente?
Fue Nick Szabo, quien, en el año 1997, elaboró una serie de protocolos basado en algoritmos complejos, para que personas pudieran formalizar acuerdos de manera eficientes de manera digital, dando origen a lo que luego serían los contratos inteligentes o smart contracts.
Los contratos inteligentes o smart contracts, se configuran como contratos digitales almacenados en una cadena de bloques (blockchain) que se ejecutan automáticamente cuando se cumplen los términos y condiciones predeterminados, es decir no existe un lenguaje tradicional, sino uno criptográfico y objetivo, permitiendo que no exista posibilidad de interpretación. Se tratan entonces, de programas automatizados o códigos informáticos que se almacenan en una base de datos distribuida no modificable, donde se automatiza la ejecución de un acuerdo de tal forma que dos o más involucrados (personas o entidades) puedan estar seguros de inmediato del resultado, sin la participación de ningún intermediario, de una manera más simple y segura. En sencillo: son programas que automatizan la ejecución de un acuerdo entre dos o más partes, reduciendo la necesidad de intermediarios y aumentando la trazabilidad. El protocolo de Bitcoin, que básicamente registra la constancia de un pago, se puede considerar como una versión primitiva de un contrato inteligente. Aunque el protocolo de Bitcoin implementa lógica limitada para registrar pagos, plataformas como Ethereum ampliaron esa capacidad para programar condiciones complejas.
¿Cómo funcionan los smart contracts?
Estos smart contracts funcionan por medio de reglas, donde en términos muy generales si se da “x” entonces sucede “y”. Una red de computadoras ejecuta las acciones cuando se han cumplido y verificado las condiciones predeterminadas. Pueden existir tantas estipulaciones como sea necesario para satisfacer a los participantes con la seguridad de que la tarea se completará satisfactoriamente. Para establecer los términos, los participantes deben determinar cómo se representan las transacciones y sus datos en la cadena de bloques, acordar el «si/cuándo… entonces…» reglas que rigen esas transacciones. Dentro de los beneficios que se les atribuyen a estos contratos se encuentran: autonomía, descentralización, velocidad, eficiencia, precisión, confianza, transparencia, seguridad, y ahorros que se generan. Todo lo anterior se consigue al ejecutarse por sí mismo, sin posibilidad de alteraciones ni interpretación, por lo que automáticamente excluye la participación de terceras personas, entiéndase abogados o notarios.
Blockchain y contratos inteligentes: más allá del dinero
Me pareció interesante lo que encontré en una página web que desarrolla el tema, donde se indica lo siguiente:
“Al tratarse de una base de datos cifrada e inmutable, mantenida no sólo por un ordenador sino por cientos o incluso miles, donde puede registrarse literalmente cualquier cosa —incluso un programa informático como los contratos inteligentes—, la manipulación informática queda descartada. En cuanto al manejo de dinero, hay que decir que la blockchain ha permitido el surgimiento de las criptomonedas, un tipo de activo digital y descentralizado, es decir, no ligado a ningún gobierno o entidad, disponible para cualquiera en cualquier parte del mundo sin regulaciones territoriales añadidas; cosa que facilita bastante la transferencia de dinero. Por último, está la conexión con activos reales.
¿Cómo el contrato inteligente funcionará para la compra de una casa? Digamos que María quiere comprar la casa de Pedro a crédito, pagando cierta cantidad de cuotas mensuales. Entonces Pedro y ella utilizan alguna plataforma de contratos inteligentes (como Ethereum) para programar el contrato con los términos establecidos. Entre ellos, que María pagará X cantidad antes de cierta fecha cada mes, o de lo contrario la cerradura de la puerta de la casa se bloqueará, y que Pedro cederá irrevocablemente el título de propiedad registrado en la cadena de bloques a María cuando la cantidad acordada se alcance. Entonces el contrato inteligente actuará, sin necesidad de intermediarios, y llevará a cabo justamente esas instrucciones, al pie de la letra, sin que María ni Pedro puedan intervenir.”1
Esto tendría implicaciones sustanciales si se aplicara al sistema registral costarricense, donde los Notarios Públicos dejarían de ser necesarios, si se logra desarrollar una aplicación que permita revisar todo lo referente a una propiedad y la sociedad vendedora (debida diligencia previa a la compraventa), y posteriormente realizar la transmisión segura del bien, inclusive con una hipoteca a favor del vendedor.
Realmente lo deja a uno cuestionándose, si las nuevas generaciones, mucho más receptivas al cambio y proclives a adoptar la tecnología, decidirán que el sistema notarial está desfasado, y que resulta más confiable, barato, expedito y seguro optar por programas informáticos que permitan hacer este tipo de transacciones, en especial después de tantos casos de fraudes notariales.
¿Son válidos hoy en Costa Rica?
Respecto a la validez de este tipo de contratos en la legislación costarricense actual, a mi criterio los contratos inteligentes sí estarían permitidos por la normativa costarricense, en tanto no se deban cumplir con formalidades de ley, como por ejemplo los que deben realizarse por medio de escritura pública (compraventa de un vehículo o una propiedad). En la gran mayoría de los casos no existen mayores formalidades y el principio de libertad contractual lo permitiría (está permitido todo aquello que no está expresamente prohibido). Inclusive, retomando lo indicado en el párrafo anterior, no sería de extrañar que eventualmente se llegue a modificar la normativa para eliminar la solemnidad de la escritura pública, para sustituirlo por contratos inteligentes, los cuales brindarían mayor seguridad a las partes, solo el tiempo nos lo dirá.
1Pérez, Isabel (3 de setiembre del 2025). Qué son los ontratos inteligentes.
Autor: Lic. Diego Elizondo
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